28 mayo 2007

 

Por una Tierra libre de transgénicos

El 13 de septiembre de 2003, Assemblea Pagesa de Cataluña conjuntamente con
Ecologistas en Acción de Aragón, realizaron una protesta a causa de la proliferación de
campos de experimentación transgénica en nuestras tierras. Con la mayoría absoluta del
PP, el estado español se estaba convirtiendo en el principal laboratorio transgénico de
Europa, mientras la mayor parte de los pueblos europeos vivían intensos procesos de
debate, moratoria y hasta referéndums.
Esa mañana, y siguiendo una convocatoria internacional de Vía Campesina, unas
cincuenta personas se concentraron en un campo de experimentación de Syngenta en la
localidad de Alcoletge (Lleida), que no reunía ninguna medida de seguridad. Esta
multinacional comercializaba entonces el maiz BT176, prohibido en los Estados Unidos,
des de 2001, por generar resistencia a los antibióticos en las personas. Después de hacer
una siega simbólica y recoger unas muestras, las personas concentradas fueron a la
subdelegación del gobierno en Lleida para entregarlas conjuntamente con un manifiesto.
Al no encontrar ningún representante de la administración, se encerraron pacíficamente
hasta la llegada de alguna autoridad competente. Justo después de entregar el manifiesto
al secretario de esta institución e identificándose convenientemente, las 13 personas
que habían ocupado el edificio, lo abandonaron.
Más de un año después, Josep Pàmies, histórico sindicalista agrario de Balaguer (Lleida) y
activista por las llibertades y la dignidad en el campo, recibía una notificación de una
denuncia de Álvaro Giménez y Sacanell, guardia civil de puerta de aquel día. Esta misma
es la que lo llevará a juicio el día 11 DE JUNIO, bajo las acusaciones de atentado a la
autoridad y lesiones, por las que el fiscal pide una pena de 4 años de prisión y
una indemnización de 50.000 euros.
La versión tergiversada del guardia manifiesta que recibió “empujones, agarrones y golpes
en el labio superior y brazos de los representantes de la mentada Assamblea Pagesa”. Por
eso, y según manifiesta el denunciante, ese día se le produjo una lesión que le impedirá
utilizar nunca más una arma de fuego, y, en consecuencia, reincorporarse a la carrera
militar y al cuerpo. Pero la realidad es más sencilla: aprovechando su despiste, una parte
de los allí congregados se deslizaron hacia dentro, en acto de desobediencia civil.
Des de la Campaña en Solidaridad con Josep Pàmies, denunciamos la falta de
fundamento de las acusaciones y el que creemos que es un intento de criminalizar y
reprimir la lucha contra la imposición transgéncia. El hecho que se haya denunciado,
solamente, a uno de los implicados y que este sea uno de los miembros más visibles de la
lucha de base, confirma la voluntad de los aparatos estatales para escarmentar toda
disidencia organizada. Una vez más, se quiere decapitar el movimiento, tal y como se
pretendía hace pocos meses con el juicio a Albert Ferré, portavoz de la plataforma
Transgènics Fora!
Además, pensamos que el guardia presentó denuncia para justificar su incompetencia
militar de ese día en que, unos pocos agricultores y ecologistas, armados sólo con mucha
picardía, tomaron la subdelegación del Gobierno en Lleida. No queremos ni pensar en la
imagen de Josep Pàmies encarcelado. Ni tampoco en la de Giménez Sacanell retirado, con
doble paga sin incompatibilidad de cargo, por haber caído en heroico acto de servicio a la
patria. ¡No lo vamos a permitir!
Por último, reiteramos los peligros de los cultivos transgénicos sobre la salud, el medio y la agricultura tradicional. Y, como ejemplo, denunciamos el último caso de contaminación
transgénica de la variedad autóctona del maiz “del queixal”, que se reproducía en el
Centre de Conservació Esporus de Manresa, con el cual queremos, también, solidarizarnos.
De acuerdo con todo esto, pedimos:
ABSOLUCIÓN PARA JOSEP PÀMIES
CATALUNYA LIBRE DE TRANSGÉNICOS

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