29 mayo 2007
Propuesta de Plataforma Rural
"Propuesta de PLATAFORMA RURAL / LIANZAS POR UN MUNDO
RURAL VIVO para el día después de las Elecciones Municipales"
Sabemos que en las agendas de muchos líderes políticos no existe
espacio alguno para abordar el futuro de los pueblos. Estamos
convencidos de que su preocupación por éstos se limita a hacerse ver
en los periodos preelectorales mientras construyen la candidatura que
les proporciona los votos legitimadores de un sistema que reduce la
democracia al acto de votar. Sabemos que somos insignificantes en
sus estadísticas, que sólo representamos un pequeño porcentaje de la
población total y que la inversión no les merece la pena.
El resultado de tal desprecio se expresa en el abandono absoluto del
medio rural y en la incapacidad desde lo público de hacer propuestas
para crear dinámicas que generen alguna esperanza de futuro.
El ayuntamiento, nos dicen, es la institución más cercana a los
ciudadanos / as, pero a veces esa cercanía se reduce solo al aspecto
físico dónde se encuentra el edificio para la gestión burocrática de la
vida municipal.
La siguiente reflexión va dirigida, no sólo a los candidatos que se
presentan a las próximas elecciones; sino, a todas las personas que
vivimos en los pueblos y que entendemos que los ayuntamientos tienen
que dar un valor importante a su grado de autonomía para gestionar la
vida de su territorio. También para los que se atreven a imaginar el
futuro fuera de las lógicas del modelo de desarrollo que durante
décadas expulsó a nuestras gentes de sus pueblos, y a construir
nuevos proyectos e iniciativas a partir de los recursos locales, que a
veces desconocemos, no valoramos, e incluso despreciamos.
Nuestra reflexión pretende adelantar algunas propuestas para el futuro,
pero sobre todo intenta dar a conocer algunas de las amenazas que
acechan a los pueblos, amenazas que se harán realidad si no somos
capaces de posicionarnos con firmeza frente a ellas, aunque ello
simbolice la lucha de David contra Goliat.
Los ayuntamientos, en el momento histórico que nos toca vivir, han de
asumir otras responsabilidades, comprometidas no sólo con la gestión
de los problemas del presente; sino, con la preocupación de concebir
una comunidad con futuro para las generaciones venideras.
Por eso urge frenar el proceso de desaparición de más agricultores y
apoyar UNA AGRICULTURA FAMILIAR, CAMPESINA Y LOCAL, que no
sustituya trabajadores por tecnologías que destruyen nuestro medio y
nuestro trabajo. Podemos recuperar una agricultura que a la vez que
produce alimentos sanos y nutritivos sea cuidadora de los ecosistemas
y los recursos que permiten ponerla en práctica: los suelos, el agua, la
biodiversidad.
Necesitamos oponernos radicalmente a la producción de alimentos
transgénicos, a una tecnología que agudiza el proceso de
dependencia del agricultor y del consumidor hacia a la industria de la
agroalimentación, DECLARANDO LOS MUNICIPIOS ZONAS LIBRES
DE TRANSGÉNICOS, por ser una tecnología lejana a los intereses y
necesidades de las personas, sin olvidar los peligros para nuestra
salud a través de los alimentos que comemos y la contaminación
medioambiental. Paralelo a ello hemos de trabajar por mantener vivas
las semillas locales y los conocimientos que los campesinos tienen
para cuidarlas y mejorar la diversidad agrícola.
Es de suma importancia defender la autosuficiencia alimentaría, que
nuestros pobladores puedan tener el huerto y producir lo que quieran en
él, hacer la matanza y el queso, tener el corral con sus gallinas sin
necesidad de más impedimento legal que poder ejercer el derecho de
producir tus propios alimentos. ES HORA DE LA SOBERANÍA
ALIMENTARIA y esta la tenemos que empezar a conquistar desde los
lugares donde vivimos, produciendo en función de las necesidades de
las personas y no de las estrategias de las multinacionales de la
alimentación, creando puentes entre productores y consumidores,
fomentando los mercados locales como punto de encuentro y sin
intermediación de especuladores que juegan con la comida.
Se hace imprescindible BOICOTEAR TODAS LAS LEGISLACIONES
elaboradas bajo la presión de la agroindustria multinacional y que en
nombre de la higienización de los alimentos y de un falso cuidado
medioambiental, nos impide producirlos, transformarlos y gestionar con
criterios de sostenibilidad real los recursos naturales.
Es urgente trabajar por facilitar la incorporación de NUEVOS
POBLADORES y reducir el impacto negativo del crecimiento
demográfico. Hemos de actualizar las ordenanzas para abrir caminos
que faciliten a estos el acceso a los bienes públicos: tierra, viviendas,
otros usos de los bienes comunales ociosos y que pueden ser un
recurso para emprender nuevas iniciativas laborales.
No podemos permitir el desmantelamiento de un servicio público más
en nombre de la rentabilidad económica, hemos de recuperar el
derecho a la escuela, al transporte público, al servicio de correos, a la
asistencia sanitaria, etc. En este marco, es imprescindible recuperar la
figura del profesional público rural, para que como servidores de los
ciudadanos /as comprendan, sientan, vivan y beban con nosotros el
vino en la taberna...!!
Hay que frenar todo intento especulativo que está detrás de los macro
modelos urbanísticos, que nuestros ayuntamientos no se financien con
los impuestos aplicados al ladrillo especulador. Y en la misma
estrategia es fundamental oponernos al modelo turístico de costa,
especulativo y depredador,.. que intenta imponerse bajo el paraguas
del turismo interior, marginando a las pequeñas iniciativas de turismo
local, responsable y cultural, gestionado por nuestras gentes o las
gentes que deseen vivir con nosotros en los pueblos.
Hemos de mantener VIVAS NUESTRAS CULTURAS, mediatizadas
también por el valor del consumo y de la codicia, culturas que pueden
ser la clave para construir otros modelos de desarrollo fuera de la
lógica del neoliberalismo salvaje que todo lo traduce a dinero, dando la
espalda a la dignidad de las personas..
Vivir en los pueblos nos ofrece otras posibilidades, muy lejanas de los
valores
imperantes en la sociedad actual. Vivir en los pueblos nos permite
poder construir modelos de desarrollo a escala humana, hacer de los
bienes y servicios un patrimonio colectivo, poner la economía y los
recursos al servicio de las personas, ver en la multiculturalidad e
interculturalidad una de nuestras mejores riquezas, tomar la solidaridad
como antropología de la ternura y del sentimiento comunitario; y, lo que
es más importante, construir estructuras sociales que contemplen la
DEMOCRACIA REAL, expresada en la soberanía, en la participación de
las comunidades y en el ejercicio de la igualdad.
Los ayuntamientos de los pequeños pueblos tienen un papel importante
que cumplir, RESISTIR y demostrar que nuestras propuestas no son
trasnochadas, que en ellas están las claves para superar la crisis de
valores sobre los que se han construido las sociedades urbanas, hoy,
muchas de ellas, insostenibles e inhabitables para millones de
personas.
PLATAFORMA RURAL / ALIANZAS POR UN MUNDO RURAL VIVO
MAYO 2007
Para más información:
Jerónimo Aguado Martínez
Tf: 609475897 / 979154161
RURAL VIVO para el día después de las Elecciones Municipales"
Sabemos que en las agendas de muchos líderes políticos no existe
espacio alguno para abordar el futuro de los pueblos. Estamos
convencidos de que su preocupación por éstos se limita a hacerse ver
en los periodos preelectorales mientras construyen la candidatura que
les proporciona los votos legitimadores de un sistema que reduce la
democracia al acto de votar. Sabemos que somos insignificantes en
sus estadísticas, que sólo representamos un pequeño porcentaje de la
población total y que la inversión no les merece la pena.
El resultado de tal desprecio se expresa en el abandono absoluto del
medio rural y en la incapacidad desde lo público de hacer propuestas
para crear dinámicas que generen alguna esperanza de futuro.
El ayuntamiento, nos dicen, es la institución más cercana a los
ciudadanos / as, pero a veces esa cercanía se reduce solo al aspecto
físico dónde se encuentra el edificio para la gestión burocrática de la
vida municipal.
La siguiente reflexión va dirigida, no sólo a los candidatos que se
presentan a las próximas elecciones; sino, a todas las personas que
vivimos en los pueblos y que entendemos que los ayuntamientos tienen
que dar un valor importante a su grado de autonomía para gestionar la
vida de su territorio. También para los que se atreven a imaginar el
futuro fuera de las lógicas del modelo de desarrollo que durante
décadas expulsó a nuestras gentes de sus pueblos, y a construir
nuevos proyectos e iniciativas a partir de los recursos locales, que a
veces desconocemos, no valoramos, e incluso despreciamos.
Nuestra reflexión pretende adelantar algunas propuestas para el futuro,
pero sobre todo intenta dar a conocer algunas de las amenazas que
acechan a los pueblos, amenazas que se harán realidad si no somos
capaces de posicionarnos con firmeza frente a ellas, aunque ello
simbolice la lucha de David contra Goliat.
Los ayuntamientos, en el momento histórico que nos toca vivir, han de
asumir otras responsabilidades, comprometidas no sólo con la gestión
de los problemas del presente; sino, con la preocupación de concebir
una comunidad con futuro para las generaciones venideras.
Por eso urge frenar el proceso de desaparición de más agricultores y
apoyar UNA AGRICULTURA FAMILIAR, CAMPESINA Y LOCAL, que no
sustituya trabajadores por tecnologías que destruyen nuestro medio y
nuestro trabajo. Podemos recuperar una agricultura que a la vez que
produce alimentos sanos y nutritivos sea cuidadora de los ecosistemas
y los recursos que permiten ponerla en práctica: los suelos, el agua, la
biodiversidad.
Necesitamos oponernos radicalmente a la producción de alimentos
transgénicos, a una tecnología que agudiza el proceso de
dependencia del agricultor y del consumidor hacia a la industria de la
agroalimentación, DECLARANDO LOS MUNICIPIOS ZONAS LIBRES
DE TRANSGÉNICOS, por ser una tecnología lejana a los intereses y
necesidades de las personas, sin olvidar los peligros para nuestra
salud a través de los alimentos que comemos y la contaminación
medioambiental. Paralelo a ello hemos de trabajar por mantener vivas
las semillas locales y los conocimientos que los campesinos tienen
para cuidarlas y mejorar la diversidad agrícola.
Es de suma importancia defender la autosuficiencia alimentaría, que
nuestros pobladores puedan tener el huerto y producir lo que quieran en
él, hacer la matanza y el queso, tener el corral con sus gallinas sin
necesidad de más impedimento legal que poder ejercer el derecho de
producir tus propios alimentos. ES HORA DE LA SOBERANÍA
ALIMENTARIA y esta la tenemos que empezar a conquistar desde los
lugares donde vivimos, produciendo en función de las necesidades de
las personas y no de las estrategias de las multinacionales de la
alimentación, creando puentes entre productores y consumidores,
fomentando los mercados locales como punto de encuentro y sin
intermediación de especuladores que juegan con la comida.
Se hace imprescindible BOICOTEAR TODAS LAS LEGISLACIONES
elaboradas bajo la presión de la agroindustria multinacional y que en
nombre de la higienización de los alimentos y de un falso cuidado
medioambiental, nos impide producirlos, transformarlos y gestionar con
criterios de sostenibilidad real los recursos naturales.
Es urgente trabajar por facilitar la incorporación de NUEVOS
POBLADORES y reducir el impacto negativo del crecimiento
demográfico. Hemos de actualizar las ordenanzas para abrir caminos
que faciliten a estos el acceso a los bienes públicos: tierra, viviendas,
otros usos de los bienes comunales ociosos y que pueden ser un
recurso para emprender nuevas iniciativas laborales.
No podemos permitir el desmantelamiento de un servicio público más
en nombre de la rentabilidad económica, hemos de recuperar el
derecho a la escuela, al transporte público, al servicio de correos, a la
asistencia sanitaria, etc. En este marco, es imprescindible recuperar la
figura del profesional público rural, para que como servidores de los
ciudadanos /as comprendan, sientan, vivan y beban con nosotros el
vino en la taberna...!!
Hay que frenar todo intento especulativo que está detrás de los macro
modelos urbanísticos, que nuestros ayuntamientos no se financien con
los impuestos aplicados al ladrillo especulador. Y en la misma
estrategia es fundamental oponernos al modelo turístico de costa,
especulativo y depredador,.. que intenta imponerse bajo el paraguas
del turismo interior, marginando a las pequeñas iniciativas de turismo
local, responsable y cultural, gestionado por nuestras gentes o las
gentes que deseen vivir con nosotros en los pueblos.
Hemos de mantener VIVAS NUESTRAS CULTURAS, mediatizadas
también por el valor del consumo y de la codicia, culturas que pueden
ser la clave para construir otros modelos de desarrollo fuera de la
lógica del neoliberalismo salvaje que todo lo traduce a dinero, dando la
espalda a la dignidad de las personas..
Vivir en los pueblos nos ofrece otras posibilidades, muy lejanas de los
valores
imperantes en la sociedad actual. Vivir en los pueblos nos permite
poder construir modelos de desarrollo a escala humana, hacer de los
bienes y servicios un patrimonio colectivo, poner la economía y los
recursos al servicio de las personas, ver en la multiculturalidad e
interculturalidad una de nuestras mejores riquezas, tomar la solidaridad
como antropología de la ternura y del sentimiento comunitario; y, lo que
es más importante, construir estructuras sociales que contemplen la
DEMOCRACIA REAL, expresada en la soberanía, en la participación de
las comunidades y en el ejercicio de la igualdad.
Los ayuntamientos de los pequeños pueblos tienen un papel importante
que cumplir, RESISTIR y demostrar que nuestras propuestas no son
trasnochadas, que en ellas están las claves para superar la crisis de
valores sobre los que se han construido las sociedades urbanas, hoy,
muchas de ellas, insostenibles e inhabitables para millones de
personas.
PLATAFORMA RURAL / ALIANZAS POR UN MUNDO RURAL VIVO
MAYO 2007
Para más información:
Jerónimo Aguado Martínez
Tf: 609475897 / 979154161